La deidad Hyibaal de los deseos y los trucos sucios. Su trato con Salazar son por lo general personas que desean algo, y convocándole, Azbel Daga se lo da. Sin embargo, se le reconoce también por retirar sus ofertas en momentos inoportunos. No se sabe por qué lo hace, pero seguramente sea por diversión, como todos los príncipes. Le gusta jugar con los mortales y los encuentra divertidos, pero odia el aburrimiento y, a menudo, hace algo para aliviarlo.
Azbel Daga toma la forma de un hombre pequeño y travieso con cuernos.
Su reino es un compendio de gargantuescos edificios, todos llenos de todo tipo de objetos maravillosos. Pero si bien algunos podrían ser útiles, la mayoría están malditos de una forma u otra. Sus templos se reconocen por tener una sala diáfana con una máscara de su cara en medio.
Su poder mágico pertenece a las escuelas de adivinación y transmutación