Beoran y Hyibaal son razas inmortales, y muy poderosas. Son divinidades, porque así lo creen las razas que viven en Salazar, pero no dejan de ser seres vivos con su personalidad y sus razones para hacer las cosas.
No son buenos ni malos explícitamente, simplemente tienen su personalidad y su forma de ver el mundo:
Los Beoran representan la ley y el orden establecido en el mundo, mientras los Hyibaal representan la libertad, la anarquía y desde el punto de vista Beoran, el caos.
Claro que, por las enseñanzas recibidas, para los clérigos de Salazar todos los Hyibaal son malos. Se les trata como demonios, y se les relaciona con todo lo malo del mundo. Ellos son oficialmente los causantes de la Era Turbulenta. Aun así, solo los más estudiosos de la teología conocen su nombre y naturaleza real. La gente de a pie apenas los tiene como algo cercano al mito, historias antiguas, y eso los mas cultos, el resto ni les suena.
Además de por su odio intrínseco hacia la raza contraria y por la forma en que manifiestan su poder en el mundo mortal, apenas se diferencian Beoran y Hyibaal. Aunque tienen una forma física para una más fácil veneración por parte de los mortales, en su plano no tienen una forma definida ni la necesitan. Cada uno tiene su reino, distinto uno de otro, a imagen y semejanza de su propia personalidad. Además, cada Beoran tiene una Raza primigenia, una raza más o menos parecida a ellos que habita en el mundo mortal. Los Hyibaal odian también a los Beoran por no permitirles tener razas propias en el mundo .
Las almas de los muertos en Salazar van al Kalag. Este es el espacio de vacío, más allá del cielo, donde se acumulan las almas, viajando eternamente hasta que logran congratularse con un dios e ir a uno de sus reinos. Los más religiosos o entregados a los divinos Beoran no tienen que esperar mucho para ser aceptados al morir, para así pasar la eternidad con su dios. Las almas menos preciadas pueden llegar a volver al mundo mortal sin querer, ser invocadas por alguien, o peor aún, ser capturadas por algún Hyibaal.
Las almas son un bien muy preciado para Beoran y Hyibaal, pues son lo único que puede penetrar en Salazar desde sus reinos, de forma que pueden poner alma a sus criaturas y mandarlas al mundo. Toda criatura viviente tiene alma en Salazar.
Los planos Beoran y Hyibaal pueden abrirse en un momento dado al mundo mortal a través de complejos conjuros, acciones o sacrificios que ni los dioses comprenden del todo, pues no conocen el poderío de su propia creación. La mayor de estas puertas se abrió durante la Era Turbulenta, cuando Radark quiso rematar a los Hyibaal con ayuda del joven mundo.